
El secreto de la artesanía de vivir está en mi compromiso con mi ideal de vida!… :)
1 abril, 2016
Hoy día lo cuantitativo ya no llena… El cumplimiento de esta fórmula: Ideal + Don Personal = Misión en la Vida. Nos permite una existencia mucho más feliz de acuerdo a la Voluntad Divina!… :)
1 abril, 2016
La felicidad, ese estado de plenitud interior que llamamos felicidad, ese estado de gozo del alma o gozo del espíritu, esa felicidad, no es ni un ideal de vida, ni un proyecto de vida. Es la vivencia de ese ideal de vida. Una persona es feliz cuando logra vivir su ideal de vida, y cuando se aleja no es feliz. La vivencia de mi ideal de vida me da felicidad, y el no hacerlo así me hace sentir insatisfecho e infeliz. Esta insatisfacción de fondo en la vida de muchos seres humanos, inclusive en personas que son exitosas, es porque en el fondo no están viviendo de acuerdo a un ideal que probablemente está muy encarnado en ellos adentro, y se han alejado de la vivencia de ese ideal de vida. Y dentro de ellos hay una insatisfacción porque no sienten una felicidad profunda, porque han logrado tener éxito, han logrado hacer proyectos exitosos, pero sienten adentro que algo les falta y probablemente lo que les falta es vivir su ideal de vida. Porque la felicidad es la vivencia de un ideal de vida, ningún proyecto de vida me da felicidad. ¿Por qué? Porque los proyectos de vida son algo acotado en el tiempo. En cambio, el ideal de vida es un anhelo permanente de alcanzar o vivir de forma plena. Siempre es algo que me mueve y me lleva a superarme, y superarme, y superarme. El proyecto de vida es algo que se acota en el tiempo. Una persona que tiene una mirada cuantitativa de la vida: que solamente busca el éxito, normalmente idealiza los proyectos de vida, creyendo que los proyectos de vida le van a dar felicidad. Y pueden pasar dos cosas: que esa persona con la mirada cuantitativa que no tiene nada de criterio valorativo de la vida, sino que se preocupa solamente por el éxito y el logro concreto desde la habilidad, esa persona logra el proyecto de vida, lo logra desarrollar y llevar a su éxito pleno. ¿Y qué ocurre? Cuando alcanzó ese logro, de pronto siente que la felicidad que pensaba que ese logro le iba a dar, no se la da. Podrá tener una gran satisfacción, pero inmediatamente se siente que eso no lo llena plenamente. Si ganó 100, quiere 1000, y si ganó 1000 quiere 10000. ¿Por qué? Porque no lo llena y quiere más. Toda persona que tiene una mirada cuantitativa de la vida y termina siendo exitoso en un proyecto cualquiera, poder, fama, dinero, siempre va a querer más porque siempre siente que no lo llenó plenamente. Esa es la realidad. Uno se vuelve adicto, adicto al poder, adicto a la fama, adicto al tener. El problema está ahí. Lamentablemente si el logro diera la felicidad, habría mucha gente feliz en el mundo. El cumplimiento del proyecto no nos lleva a la felicidad, nos lleva a una gran satisfacción. Es como esa gente que dice “tener plata te hace feliz ¿o no?”. NO NO. Te da mucha satisfacción, pero no confundas la felicidad no te la da el dinero. Te da satisfacción, por supuesto, pero no te da felicidad. Porque si no sabes qué hacer con eso, sentís que tu vida se te escapa por algún lado, sentís una insatisfacción de fondo que no sabes que te pasa. Tienes pero no sabes que te pasa. Si la persona que idealiza el proyecto de vida no alcanza ese proyecto, la infelicidad que siente es tan fuerte, que siente que su vida, como su actividad pasa a ser su vida, y en eso fracaso o no le alcanzó lo que él esperaba, se siente como existencialmente que se destruyó. Si no tiene un ideal verdadero, cualitativo, que le da sentido a su vida, la idealización de ese proyecto no alcanzado, lo hace sentir frustrado en la vida porque es en lo único que puso su vida. En cambio, la persona que va por la vida teniendo un ideal de vida, sabe que los proyectos los podes lograr o no lograr. Y a veces esos proyectos no se logran y tendrán un aprendizaje de esa situación. Pero el logro o no del proyecto no me hace feliz, lo que me hace feliz es el ideal que estuve viviendo. Cuantos de los presentes iniciamos y dejamos proyectos de vida, cada uno sabrá cuales. Hemos cambiado de proyectos de vida, pero decimos adentro nuestro: mientras el tiempo que viví ese proyecto fui muy feliz porque puse mi ideal, estaba viviendo valores fundamentales para mí y lo recuerdo con entusiasmo. Pero decimos adentro nuestro: Durante el tiempo que viví ese proyecto fui muy feliz, porque puse mi ideal, o estaba viviendo valores fundamentales para mí y lo recuerdo con entusiasmo. El proyecto no maduró bien, se frustró en el camino, pasó esto o lo otro. Pero a pesar de que el proyecto no se alcanzó, durante el tiempo que viví, durante ese proyecto aprendí muchísimo, crecí mucho. Viví mis ideales y mis valores en eso. Con lo cual, el cumplimiento del proyecto no pasa a ser lo decisivo en la vida. Lo que pasa a ser decisivo es si durante el tiempo que viví ese proyecto estuve viviendo mi propio ideal. Imagínate lo que estoy hablando, no sólo en lo laboral, sino en la idea de pareja. Si yo agarraba a mi madre, 30 años atrás o menos, y le decía para vos la familia es un ideal de vida o un proyecto de vida. NO. NO hijo, la familia es un ideal de vida. No cambiemos las cosas. La familia es un ideal de vida. Me lo hubiera dicho en forma terminante, así convencida. ¿Qué ocurrió? Así vivió. Armó su familia, tuvo dos hijos. Los dos crecimos en su hogar hasta la edad de la adolescencia y de pronto mi hermano hace una gira de rugby en Inglaterra y se va a vivir a EEUU. Yo entro al seminario y mi padre, un hombre con muchos problemas de alcoholismo y demás, decide irse a vivir a España. Ella había idealizado el proyecto de vida. Lo idealizó tanto que creía que eso le iba a dar felicidad. Cuando se desmanteló el grupo familiar y se queda sola, ve que ese proyecto de vida que ella había idealizado, se destruye, se modifica. Y como ella creía que eso era lo que le daba la felicidad, el cumplimiento de ese proyecto, cuando vio que se desarticuló, cayó en un pozo depresivo que la llevó a estar ocho meses en cama seriamente medicada y hasta el día de hoy con sus 79 años tiene que tomar medicación para su estabilidad emocional. ¿Qué pasó Roberto? Que ella había idealizado ese proyecto de vida y se había olvidado de su ideal de vida como mujer. En vez de tener un ideal propio como mujer, había idealizado el proyecto de familia y vivido para eso y se olvidó de ser mujer. Y de hecho cuando el proyecto no prospera, como ella suponía, se destruye internamente porque no tiene en qué sostenerse. De modo que cuidado. Antes que madres y padres somos seres humanos. Hombres y mujeres. Si nosotros idealizamos los proyectos y se cumplen o no se cumplen, no nos van a hacer felices. Ejemplo: el día que nace mi primera hija, Florencia (14 años), en ese momento, por supuesto tener un hijo es un proyecto de vida; puede darse o no. Habíamos intentado y se logró. Logramos al tercer año tener a Flor. Cuando nace Flor, se cumple un proyecto de vida, por lo tanto había una enorme satisfacción por el nacimiento de Florencia. Pero en ese mismo momento, que nacía Florencia y que teníamos una enorme satisfacción, al mismo tiempo mi señora y yo, los dos estábamos viviendo nuestro cumplimiento, mejor dicho, nuestra manifestación de un ideal de vida de amor. Entonces el nacimiento de Flor coincidía con una satisfacción por el proyecto cumplido, pero también con la sensación de que estábamos viviendo nuestro ideal de vida plasmado en ese cachito de carne. Entonces ¿cuál era la realidad que uno sentía?: satisfacción y felicidad en ese momento. Ahora ¿qué pasa?, pasó el tiempo, la satisfacción del nacimiento quedó en las fotos que ya están un poco amarillas y en todo el recuerdo de aquel momento. La satisfacción del nacimiento pasó. Ah, pero lo que no pasa es la felicidad interna que uno tiene al ver a esa personita que la llevo todos los días al colegio, me despide, le doy un beso y la miro caminando y me digo “sigue siendo ella”. La manifestación de ese ideal de vida que tengo que es “AMAR” y que tiene que ver con todo lo que es mi ideal propio. Entonces eso no se apaga, eso está siempre adentro. La felicidad que da la vivencia del ideal no se apaga jamás. La satisfacción por el proyecto cumplido tiene su momento emocional, lindo pero es pasajero. Pero la vivencia de ese ideal de vida no se apaga más. Pero si cada día nosotros vivimos con conciencia nuestro propio ideal de vida, la vida nuestra tiene una dosis de felicidad, que incluso repito el cumplimiento o no de los proyectos no me amarga la vida. Puede ser que me entristezca, a nadie le gusta que un proyecto no prospere, pero no es para mí la clave de mi felicidad en la vida. Es simplemente saber que el proyecto puede o no prosperar. Muchos de los presentes, que la historia familiar muestra, habrá separaciones o no incluso matrimonialmente, proyectos que no siguieron adelante, que se cambiaron, pero uno puede andar por la vida llorando por un proyecto que no anduvo o puede pasar que durante ese proyecto trató de vivir bien ese ideal y ahora en ese nuevo proyecto de vida que tiene, trata de vivir su ideal de vida, entonces el proyecto cambió. A veces uno no quisiera que los proyectos cambien, pero la vida te puede poner situaciones, o vos mismo darte cuenta que no va más ese proyecto. Pero qué importante es que nos mueva un ideal de vida. El proyecto puede fracasar, pero el ideal no, si uno lo vive intensamente. Y si no, para los que somos de la religión cristiana, si hay alguien que es un fracasado como proyecto de vida es JESUS. “AMEN”. Hombre que pasó tres años con 12 tipos formándolos, llegó el momento y se borraron todos. Uno lo engaña, el otro se suicida y se deja matar. Es un fracasado. Si lo miro humanamente, con ojos humanos, el proyecto humano es lo más pobre y sin embargo, detrás de ese fracaso, fue tal la vivencia de su ideal que impactó 2000 años desde aquel momento. Que loco que un hombre fracasado en su proyecto, humanamente a los ojos de cualquier ser humano, la vivencia de dar fue tan fuerte que marcó la historia de la humanidad.
¿No será que nos tenemos que valorar, no por el cumplimiento de los proyectos, sino por el compromiso de nuestro ideal de vida?
¿No será que cuando nos miramos en el espejo, en vez de pensar cuántos proyectos no funcionaron, tenemos que pensar que lindo es vivir mi ideal de vida cada día?
¿No será que siempre es bueno soñar, que nuestros proyectos lleguen a ser grandiosos? Pero lo bueno es vivir mi presente, tratando de vivir mi ideal aquí y ahora.
¿No será que si solamente tengo proyectos de vida y me olvido de comprometerme en ideal profundo, estoy descansando más en el futuro que en el presente?
¿No será que mis hijos no me van a valorar por los proyectos logrados sino por la felicidad que les muestro al estar viviendo mi ideal de vida?
¿No será que en lugar de contagiarles que soy un padre exitoso, lo importante es que soy un padre feliz?
¿No será más importante que me recuerden por ser un padre feliz, porque cada día intenta vivir cada vez mejor ese ideal que tiene, que haber dejado departamentos y cosas y autos?
¿No será que la juventud está necesitando de nosotros eso?… (Fuente: Revista Educación en Valores. Universidad de Carabobo. Julio_Diciembre 2007 Vol. 2 Nº 8. Ponencia: El ideal y la misión en la vida. Autor: Dr. Roberto Pérez (Bachiller en Teología y Profesor de Filosofía en la UCA. Graduado como Abogado en la Universidad de Buenos. Aires. Se ha desempeñado en el área empresarial como Gerente de Recursos Humanos en “Barbat y Cía“, estudio jurídico, y en “Cometex S.A.“, empresa de comercio exterior. Es actualmente Fundador y Presidente de la FUNDACIÓN CENTRO ARGENTINO DE ENEAGRAMA. Es el co-creador del método “Hologénesis” basado en la Antropología de la Unidad.)) #ParaCompartir #ParaReflexionar #Ser #Misión #HaciaDondeVoy #AlcanzarLaPlenitud #SerFeliz #CumpleTuMisiónDeVida #SigueLaVoluntadDivina #Dones #Talentos #Sueños #Propósito #Misión #MisiónDeVida #DiosTieneUnPlanParaTuVida #TuMisiónVieneDeDios #DiosEsAmor #SoloDiosNosDaLaPlenitud #SoloDiosNosDaLaPaz #GodIsGood #DescubreYDesarrollaTusTalentos #CumpleTusSueños #ElLímiteEsElCielo 🙂