La inamovilidad es una cualidad maravillosa. Nos da la sensación de seguridad y estabilidad. Pueden cambiar nuestros tiempos o circunstancias, pero aquello que se considera inamovible no se verá alterado porque el tiempo, la política, la economía o los conceptos acerca de lo bueno y lo malo cambien. Podemos arriesgarnos, y esa seguridad nos seguirá dándo la certeza de como será el final de un asunto aunque no lo tengamos claro. Lo único considerado inamovible es Dios. El mundo y las circunstancias cambiarán, pero Dios permanece fiel, Él no puede negarse así mismo. ¿Te sientes intimidado, no tienes claro como terminará todo? Si Dios te ha dado esa palabra, no importa como se presente el reto, esa victoria será tuya porque Él «Aquel que no cambia» te lo ha prometido. Aférrate a tu Roca y ve hacia delante. Dios nos dé Sabiduría. «El Dios que le da la victoria a Israel siempre cumple su palabra, no cambia de opinión, como lo hace la gente». (I Samuel 15:29).