El P. Miguel A. Fuentes, del Instituto del Verbo Encarnado (IVE), escribió en su blog «El teólogo responde» que según el Evangelio, el Salvador recibió ambos nombres, cuyos significados son distintos, pero no se oponen entre sí.

«Con dos versículos de diferencia, San Mateo indica dos de los nombres que recibirá el Niño nacido de la Virgen: Le pondrás por nombre Jesús… Se le pondrá por nombre Emmanuel (Mateo 1,21-23)», señaló.

«Como dice Manuel de Tuya, O.P., no hay oposición entre ambos nombres, porque el nombre que se anuncia en Isaías (Emmanuel) es el nombre profético de Cristo, y el nombre de Jesús es su nombre propio y personal». añadió.

1. Emmanuel: El nombre se lee en la profecía de Isaías, que proclama: «He aquí que una virgen concebirá y dará a luz un hijo, y llamarán su nombre Emmanuel, Dios con nosotros».

Emmanuel que significa «Dios con nosotros», expresa «quién es el que nace: es Dios que se hace carne». Es decir, indica que «sin dejar de ser Dios ni perder su Gloria», el Señor «se hunde en nuestra historia y en nuestro mundo para convivir con los hombres que Él ha creado».

«El nombre profético sólo indica lo qué significará para los hombres, en aquel momento, el nacimiento de este niño. Será Dios con nosotros de un modo particular», añadió.

2. Jesús: El Ángel le indica a José: «Le pondrás por nombre Jesús, porque Él salvará a su pueblo de sus pecados». Este nombre expresa la misión del hijo de Dios al encarnarse, escribió.

«Revela el motivo de la Encarnación. Jesús en lengua hebrea se dice Yehoshuah y quiere decir Yahvéh salva, Dios salva; quiere decir, pues, Salud-dador. El que viene a dar la salud al alma, que es donde mora la enfermedad del pecado», concluyó.
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